Mujer prohibida: 17. Cristóbal y otra mujer
Mía había sido de alta cuando su padre entró a la habitación.
— Hola, mi pequeña.
— Papá.
Matías besó la frente de su adorada hija y colocó su mano sobre la suya.
— ¿Cómo te sientes?
— Mejor, pero… ¿tú ya lo sabes? — el padre de la joven asintió con una media sonrisa — ¿Estás enojado?
— Nunca, mi amor. Ven aquí, déjame darte un abrazo.
— Ah, papá — Mía resolló, pero de alegría, y alzó el rostro con ojos brillantes — Sé que soy demasiado joven, pero… he soñado toda mi vida con este momento, ¿sabes? Amo a Cristóbal, amo a este bebé y… me siento tan feliz.
— Lo sé, lo veo en tus ojos — tomó sus mejillas — Y todo lo que te haga feliz a ti, hará feliz a papá y a mamá, ¿de acuerdo?
Mía asintió.
— Gracias, papá.
— Ahora es hora de ir a casa, vamos, arriba.
— Pero estoy esperando a Cristóbal. Él… prometió que vendría por mí.
Matías exhaló. Acababa de colgar con Cristóbal.
— Cariño, Cristóbal no vendrá, pero estoy yo aquí. Vamos a casa y…
— ¿Qué? No, ¿Por qué? Él… lo prometió. Prometió que vend