Acelero a fondo la camioneta y me dirijo hacia el bosque. Al llegar, ni siquiera me preocupo por cerrarla, solo corro en dirección hacia las cuevas. Sé dónde queda ese lugar, he ido muchas veces a buscarla. Corro a toda velocidad.
"¡Oh, miren quién llegó! La mierda que esperábamos. Vamos a facilitarle las cosas a nuestro señor", me dice un hombre gigante que se interpone en mi camino. Lo acompañan otros cuatro, todos me rodean.
"No quiero hacerles daño, solo vengo a conversar pacíficamente", les digo.
"¡Jajaja! ¿Quieres hablar? ¿De qué quieres hablar?", esa voz la reconozco. "De las veces que te has acostado con mi esposa, asquerosa lesbiana", Marck me mira con odio. "¡Ataquen!", les dice a los demás, y así comenzamos una pelea donde esquivar es mi plan inicial.
Un lobo se abalanza hacia mí con ferocidad, pero lo esquivo ágilmente y con un rápido movimiento, rompo su cuello con un giro rápido de mi muñeca. Otro intenta atacarme por la espalda, pero logro anticiparme y le doblo el braz