¿Qué pasa cuando te enamoras? Quieres dejarlo todo, entregarte por completo, y vivir ese amor de película que tanto anhelas. Jamás quise enamorarme, nunca soñé con casarme ni con conocer a esa persona que lograra que mi vida vibrara. Y no es que vibre solo junto a ella; es vibrar siempre. Cuando la conocí, despertó en mí esa necesidad de vivir y aprender que jamás pensé que tenía. Fue como despertar de un sueño aburrido y monótono. Me sentí viva solo con verla. Esas mariposas de las que todos hablan al ver a quien amas, sí se sienten. Nervios, palabras tontas y sin sentido, una tormenta se apodera de tu cuerpo y, cuando más quieres verte bien, quedas como una inútil y boba.

Pero no importa, porque, aunque intentas perderte por el temor a hacer el ridículo, vuelves a intentarlo solo para llamar su atención. Una mirada, un gesto, una sonrisa y estás perdida otra vez. Pero, así como vives el amor con tal intensidad, también vives la traición y el dolor, o el odio. Las mentiras se convier