61. Bajo control.
P.O.V. Mara
Sé que quizás me queme en las llamas del infierno por aprovecharme del momento de caos para saber hasta dónde está dispuesto a llegar por mí Zadquiel.
Sin embargo, debo decir que no tuve otra opción. Tuve que convertirme en una asquerosa y maloliente rata para no ser descubierta.
El ambiente aquí está lleno de una tensión silenciosa, tan intensa que podría escucharse la caída de un alfiler a kilómetros.
No he podido hablar con nadie; todas las comunicaciones han sido bloqueadas. Aunque, para ser sincera, creo que es lo mejor.
No deseo poner en riesgo a ninguno de los míos.
Con esta nueva apariencia, puedo moverme a través de los ductos y cualquier espacio pequeño del inframundo.
Debo ser extremadamente cuidadosa, ya que las ratas no son muy apreciadas y puedo terminar siendo la comida de Cerbero, el perro de tres cabezas que siempre acompaña a Hades.
Por suerte, he logrado acercarme a la jaula donde tienen a mi yerno y a su amigo prisioneros. Ambos están gra