LISA GALINDO
Emilia tomó mi rostro entre sus manos y me sonrió con cariño.
—Te quiero mucho, mamá, y Rebe también. —Se bajó de mi regazo y cargó a Rebe frente a nosotros—. ¿Verdad, Rebe? ¿Verdad que quieres mucho a nuestra mamá?
Como respuesta Rebe comenzó a hacer burbujas de baba y agitar sus manitas, asustando a las luciérnagas curiosas.
—Seremos una familia… por siempre, ¿verdad? —preguntó Emilia viéndome fijamente con esperanza.
—Siempre —contesté con una sonrisa antes de voltear hacia Arturo y acariciar su mejilla—. Para siempre.
Fundí mis labios con los de él en un beso profundo y sincero, mientras sentía el anillo en mi dedo, frío y reconfortante, una promesa de una vida juntos, llena de paz.
—¿Cómo negarme a casarme con mi artista favorito? —pregunté divertida y abrí los ojos por sorpresa para ver el anillo más de cerca—. ¡Wow! Me voy a casar con Alex Hart… ¡Con Alex Hart! Yo… una simple reportera de espectáculos.
—Suertuda… —susurró Arturo en mi oído antes de darme un be