UGPEM. CAPÍTULO 38. La dura realidadMax se detuvo frente a las puertas del ascensor, estaban por abrirse y todo lo que quería era entrar y marcharse de allí. Sentía una punzada dolorosa a un costado del pecho y no quería saber qué era, solo sabía que no se había sentido tan mal en mucho tiempo.Pero cuando finalmente las puertas se abrieron Max no se movió. Aquel pensamiento cruzó su cabeza: ella estaba allí para cuidar a Liam, para proteger a Liam, nada más."No es tu marido... es tu cliente. No es tuyo, no es de verdad. ¡Maldita sea, no es de verdad!"Max apretó los labios intentando contener las lágrimas cuando sintió a Liam llegar detrás de ella.—Nena, lo siento. ¡Lo siento mucho, de verdad! —murmuró él sin saber cómo tocarla o si siquiera ella iba a permitírselo—. Max...—Voy a esperar en la oficina a que resuelvas tu... asunto. Avísame cuando termines para irnos a casa —murmuró ella con una voz tan fría que Liam se estremeció.—Max, no, escúchame... ¡Escucha, esto tiene que se
UGPEM. CAPÍTULO 39. No nos vamos a divorciarLiam se puso lívido en un segundo.—Max... ¿de qué hablas? ¿Qué tiene que hacer mi padre metido en esto?—Creo que estás olvidando por qué nos casamos —murmuró ella sin ninguna expresión en la voz—. Lo hicimos para evitar el escándalo en tu familia, la quiebra de la empresa.—¡Max!—¡Es la verdad! ¡Deja de querer tapar el sol con el maldito dedo! —exclamó ella—. Este fue un matrimonio de conveniencia y tienes que ver con tu padre qué es lo que más les conviene ahora porque el escándalo que se avecina...—¡No me importa! —replicó él llegando junto a ella y tomando su rostro entre las manos—. Sí, va a haber un escándalo, ¿y qué? Ya buscaremos la forma de lidiar con eso. Ya lidiamos con cosas peores, ¿no?Max apartó sus manos con suavidad y se alejó.Liam sintió ganas de romper algo, pero se contuvo, después de todo, era imposible que ella no lo rechazara. Saber que su marido tenía por ahí una mujer embarazada no era un golpe fácil de encajar.
UGPEM. CAPÍTULO 40. ¡Tú dijiste "hasta que la muerte nos separe"!Liam sentía como si una mano al rojo vivo intentara atravesarle la carne del pecho para estrujarle el corazón. Max estaba a su lado, era su esposa, todo parecía indicar que estaba dispuesta a enfrentar la tormenta junto a él... pero no estaba con él.La coquetería que solía haber en su voz, la risa, la confidencia entre ellos, todo eso había desaparecido de un tirón y Liam no había notado cuánto lo necesitaba hasta que lo que realmente tuvo a su lado fue a la esposa por contrato matrimonial y no a su Max.—No puedo seguir haciendo esto —murmuró él interceptándola de camino a la cocina una de esas noches.Se pegó a su cuerpo y Max retrocedió contra la pared, desviando la mirada.—Liam, por favor...—¡Te extraño! —dijo él con sinceridad—. Te extraño mucho y lo peor es hacerlo cuando estamos bajo el mismo techo. Me haces falta, Max. Lamento todo lo que está pasando, sé que tienes razón para estar molesta pero... te estoy p
UGPEM. CAPÍTULO 41. El showEn cuestión de segundos ya tenía el celular de la muchacha y ella le sonreía.—¿Y si no viniste a comprar lencería, por qué que estás aquí?—Vine escoltando a mi jefa, y tratando de no perderme el show.—¿El show? —curioseó la muchacha.—¿No has escuchado el escándalo que hay con la asistente que se quedó embarazada de Liam Grissom? —dijo Marquet sacando su teléfono y mostrándole una foto de Sisi—. Pues mi jefa es Maxine Jhonson, la esposa, y vino a reunirse con la embarazada en secreto, aquí mismo en su tienda.—¿En serio? —La chica abrió mucho los ojos.—¡Sí! ¡Solo lamento haber firmado un acuerdo de confidencialidad por mi trabajo, pero te juro que si no las grabaría! —gruñó Marquet—. ¡Maldición! ¡Ahí hay un chisme caliente y los canales de televisión pagan hasta cinco mil dólares por estas exclusivas! ¡Solo hay que esperar el momento justo para venderlas!La muchacha miró a todos lados, como si no quisiera parecer demasiado obvia, pero un segundo despué
UGPEM. CAPITULO 42. Un clichéSeis horas antes.Max miró el documento que llevaba en la mano, dio varias vueltas por la tienda y finalmente localizó a Sisi cerca de unas perchas de lencería.—¿Te parece lindo este? —dijo la mujer poniendo delante de ella un perchero del que colgaba un negligé negro—. Creo que será perfecto para mi noche de bodas con Liam.Max apretó los labios y negó.—Sisi, Liam ya se ha cansado de decirte que no va a divorciarse de mí para casarse contigo...—¡Sí lo hará! ¡Sí lo hará porque no le daré otra opción! —le escupió ella—. ¿No se casó contigo porque se hizo un escándalo? ¡Entonces yo daré uno mayor! ¡Lo llevaré a la prensa, a la televisión, venderé los derechos al cine si eso es lo que hace falta, pero Liam Grissom va a casarse conmigo, cueste lo que cueste!Max se mordió los labios y respiró profundo.—¿Entonces solo por eso estás haciendo todo esto? ¿Para poder casarte con él? ¿No te importa que no esté enamorado de ti? —la increpó Max con lástima.—¿Ena
UGPEM. CAPITULO 43. No soy una asesina a sueldoSalió de allí maldiciendo y Liam solo apretó la mano de Max con una mezcla de agradecimiento y alivio.La entrevista terminó diez minutos después, con ellos agradeciéndole a la periodista por "resolver" su caso; aunque la verdad era que Liam no se tragaba que casualmente una empleada de la tienda de ropa hubiera grabado un video de ellas dos hablado en privado.—¿Tú lo hiciste? —preguntó Liam cuando iban en el auto de regreso a casa—. Conseguiste que confesara todo y que la filmaran ¿verdad? —Max lo miró en silencio—. Estabas determinada cuando regresaste a casa hoy, sabías lo que iba a pasar...—Ella no debió mentir en algo como esto —replicó la muchacha—. Un hijo es un asunto delicado, no puedes empañarlo con un escándalo ni usarlo solo para conseguir a un hombre; porque un hombre que no quiere estar contigo, ni siquiera por un hijo se quedará, y si se queda, vivirá amargado para siempre.Liam asintió mientras entraban a su casa. De re
UGPEM. CAPITULO 44. JavelinGarret Grissom apretó los labios cuando su hijo le dijo que tendría que hacerse cargo de la oficina durante el próximo mes.—Por favor dime que es por trabajo —murmuró y Liam hizo un gesto de indiferencia.—La mitad es por trabajo, tengo que inaugurar el puerto en el que comenzarán a atracar los cargueros en Birsay, y la otra parte sí es un asunto personal, papá. Necesito irme con Max y reparar esto que se rompió entre nosotros. Necesitamos tiempo juntos y lejos de aquí, a ver si encuentro cómo arreglar mi matrimonio.—¿Arreglarlo? —A Garret se le escapó una sonrisa irónica—. ¡Por favor, hijo! ¿Estás olvidando que te casaste con ella para evitar un escándalo?—¿Y eso qué tiene que ver? —Liam arrugó el ceño como si no entendiera a dónde quería llegar.—¡Que ya estás casado con ella! Este fue un matrimonio de conveniencia, solo para tapar lo que pasó entre ustedes. No hay necesidad de que te lo agarres tan a pecho. De hecho deberías estar por ahí, follando a
UGPEM. CAPITULO 45. Engañada, traicionada, sola...Encendió su computadora y accedió a los datos de aquella misión. Max reconoció la letra de Travis en el reporte, pero no se mencionaban los misiles por ningún lado.Max agarró una hoja en blanco y escribió:"Estoy segura de que los encontramos. ¡Eran cincuenta y dos Javelin!"Debajo el general escribió:"Un Javelin cuesta ciento setenta y cuatro mil dólares. En el mercado negro se venden al doble. Haz tus cuentas"Max apretó los puños y golpeó sobre la mesa ¡No podía ser!"¿Entonces qué? ¿Alcott robó esos misiles y mandó a todo mi equipo a morir porque sabíamos que existían?", garabateó."Más bien los mandó a morir por 18 millones", fue la respuesta del general y si no hubiera sido la mujer dura que era Max se habría puesto a gritar allí mismo.—Esto tiene toda mi atención, teniente —declaró el general mientras ella se levantaba—. Puede estar segura de que no voy a soltar esta presa.Max agradeció y salió de allí como si el diablo le