LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 3. La última esperanza
LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 3. La última esperanza
La verdad es que ni siquiera supo cómo regresó a la casa de sus padres, porque siendo honesta ya no tenía valor para llamarla "su casa". El cuerpo le dolía, le dolían los pies de caminar y su cabeza no dejaba de martillear desesperadamente.
Por un instante recordó que Blake había dicho que estaba medio drogado, a ella tenían que haberle hecho lo mismo, era la única explicación posible.
Apretó el paso, pero para cuando logró empujar por fin la verja, ya pasaba de la medianoche y había algunas luces encendidas en su casa.
—¿¡Qué es esto, Charlotte!? —espetó su madre con rabia—. ¡¿Ahora crees que puedes llegar a la hora que quieras?! ¿¡Crees que eres una mujer después de lo que hiciste!? ¡Contéstame!
—¡Basta, mamá! ¡No estaba haciendo nada malo, estaba en casa de la abuela! —replicó Charlotte, pero su madre se puso aún más lívida.
—¿¡Cómo te atreviste a ir a molestarla!? —le gritó—. ¡Tu abuela está vieja y enferma! ¡Y le has provocado la