CURVAS DE INFARTO. CAPÍTULO 21. Un guardaespaldas preocupado
Chloe respiró hondo y dio un paso atrás.
—No, te dije que esta ropa es mía y ya no soy ni tu asistente ni tu asistonta ni nada. Así que tú recoge tus propias cosas si tanto te urge irte —respondió, haciendo un giro hacia la salida, porque