PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 42. Una pequeña genio
Van Beek esbozó una sonrisa torcida, disfrutando cada segundo del intercambio y cruzando un brazo sobre el otro con una calma irritante.
—Presión de la peor clase, Niko. Mi socio y yo hemos formado una alianza muy poderosa, y vamos a hacer lo que sea