Anja sentía que el corazón se le saldría del pecho al darse cuenta de que apenas podía moverse. Sus extremidades parecían pesadas y su debilidad era evidente.
—Doc, ¿qué está pasando? —preguntó Milo al ver la cara de preocupación del galeno.
—Lo siento, Anja, pero necesito hacerte una nueva prueba