Noémi levantó el cabello de su gemela y le acarició la espalda con suavidad mientras la veía vomitar.
—¡Lo siento... lo siento...!
—No tienes nada que sentir —murmuró Noémi—. Yo siempre voy a estar aquí. Tú eres lo primero para mí, Chiara, antes que nadie en el mundo. ¿Sabes eso verdad? —Chiara as