Semanas pasaron mientras todos intentaban consolarlo, hasta que un día su hermana Chiara se acercó a él.
—Creo que mi amigo podría ayudarte.
—¿Tu "amigo"?
—Bueno, mi toy boy personal, pero tiene influencias y si se lo pido quizás pueda encontrar algo sobre lo que sucedió —dijo Chiara abrazándolo—