Seis meses después.
—Thorcitooooooooo —gritó Andrea y un segundo después Zack derrapaba frente a ella.
—¿Ya vienen? —preguntó mirando a su esposa con aquellos ojitos del gato de de Shreck.
—Sí —respondió ella entre suspiros—. ¡Ya se cansaron de patearse entre ellos y ahora me están pateando a mí!