—No me sueltes —dijo con la voz más controlada que podía.
—No lo voy a hacer, amor, vamos a arreglar esto, te lo prometo...
—¡Zack! —lo interrumpió ella ocultando el rostro en la curva de su cuello y hablando muy bajo par que solo él pudiera oírla—. Escúchame... tienes que llevarte a Adriana.
Zac