Guillermo
Durante todo el viaje, para ser más exacto, durante todo este tiempo había pensado mucho en lo que podía pasar con Natalia. Desde que la volví a ver en los quince de Maco, no la sacaba de mi pensamiento, de haber sabido cómo la trataba ese tipo… jamás habría permitido que le pegaba y la trataba de esa manera, en fin.
Esperemos que la relación se dé como debe darse. Pero no iba a desperdiciar la oportunidad, como me dijo el padre Castro. Una vez salí de la cárcel fui a visitarlo, para agradecerle que en mi encierro sacó tiempo para visitarme. Iba a tomar su consejo, este reencuentro fue un aviso del cielo. Santos me esperaba, nos saludamos fraternalmente.
—Por fin llegas a Brasil.
Subí mis dos maletas en su auto. Natalia se estaba quedando en el apartamento que la empresa me puso a disposición, y eso me tiene con los cojones al borde, no sé cómo será mi vida con ella a mi lado de nuevo.
—Casi que no llego.
—Me alegra tenerte cerca Guille.
—Santos, ¿demos ir a tomar algo, ante