Ya ha pasado un año de escuela, todo ha ido bien, las clases no son preocupación todo va relativamente bien, recién comenzábamos el segundo año. Hasta que al equipo ingreso un chico de pelo azul, ojos amarillos, se veía diferente a las demás personas de la escuela, tenía un aura totalmente rara.

Pero yo preferí mantener mi doble vida oculta de la sociedad e intenté evitar hablar con él.

Los días pasaban y poco a poco el grupo nuevo de la escuela se adaptó al equipo.

Mientras tanto cada vez que me hacían un llamado, de alguna regularidad en mi celular, recurría lo más rápido y posible a la escena, hacia exorcismo, liberaba lugares de demonios y espíritus malignos, reportaba todo al comando central, la paga no era muy buena, pero soy de una familia encargada de hacer esto y estaba obligada a cumplir mi labor.

Hasta que un día apareció un espíritu extraño parecía un nube roja, en medio del entrenamiento salí y pedí permiso, parecía que iba a llover así que pensé terminar esta misión lo más rápido posible.

Saqué mis armas y me puse en modo cazadora, en el cual nadie podía verme, algunos pocos si podían sentirme.

Llegue al lugar donde se encontraba aquel espíritu, nadie veía lo que estaba pasando, solo empezaron a sentir frio repentino y tristeza.

Me armé de valor e hice disparos con balas benditas, poco a poco, el espíritu empezó a ser afectado por mis disparos, seguí por varios minutos así, cuando de pronto un hombre con traje de médico, calvo y con gafas y una sonrisa enferma me miro y saco una inyección azul, retrocedí un poco, el me ataco.

Logre esquivar sus ataques, no parecía muy ágil, no estaba a mi nivel, pero aquel espíritu parecía estar conectado con él, porque de un momento a otro bajo y me ataco también, y con una gran velocidad me alcanzo a rayar el brazo derecho.

Ya no era tan fácil como creía, mandé un mensaje como pude hacia la central de ayuda, el cielo se empezó a oscurecer y las gotas de lluvia caían.

Toda la tarde me la pase huyendo de esos dos, hasta que llego la noche, había recibido varios ataques en el cuerpo tenía muchos golpes, todos causados por aquel espíritu, lo único bueno que lograr es que ese hombre no me inyecto con esa extraña sustancia.

A pesar de estar herida nadie me podía ayudar, pues estaba en modo cazadora, y prefería no ir a un hospital pues iría la policía y preguntaría que pasaba, en la organización era una regla alejarse de los entes gubernamentales a toda costa y evitar involucrar a personas a este mundo.

Caminé hasta mi casa en medio de la lluvia y vi a un chico que se acercaba a lo lejos se parecía a aquel chico.

No le preste atención pues él no podía verme.

Cuando de pronto escucho su voz.

—¿Que te sucedió—me pregunto el, un poco sorprendido.