Una princesa troyana...
Cassandra me miró con una mirada altiva y confiada.
Vi en sus ojos que sus palabras sobre mi verdadera identidad no eran un simple engaño, pero no me rendiría.
Me incliné brevemente ante Cassandra, que solo miraba.
-Es un honor conocer a la princesa de Troya.- dijo con simpatía.
Cassandra mantuvo su expresión impasible, mirándome de cerca.
- ¿Por qué una diosa se inclina ante un mortal como yo?- preguntó, aún insistiendo en el tema.
Antes de que pudiera responder, fuimos interrumpidos por guerreros troyanos que corrían por el pasillo.
- Debe ser algo grave que tantos soldados estén corriendo así.- sugerí y vi que la expresión impasible de Cassandra daba paso a otra completamente diferente.
Vi una profunda tristeza en sus ojos.
- ¡No me escuchan, les advertí que no hicieran ningún festín, les advertí que los griegos atacarían hoy!- Cassandra rompió a llorar frente a mí.
- ¿Predijiste un ataque hoy?- pregunté acercándome.
- ¡Cassandra!- La voz de un hombre viene