Capítulo 5.

Nuevamente a solas, busco en mi teléfono, el número de contacto de Aron Parks. cuando finalmente lo encuentre, presione llamar. marcó una, dos, tres veces pero nadie contesta. Para colmo de males, se hace el rogado. Ya tendré la oportunidad.

Decido dejarlo por la paz, al menos por ahora. Vuelvo a mi habitación con una copa de vino, decidida a descansar por el momento, y nada mejor que mi querido N*****x, para olvidarme de toda la maraña de problemas que cargo. Muchos capítulos después, y en un momento de lucidez, se me viene Carter a la mente, e inmediatamente recuerdo la cena de esta noche. Como puede olvidarlo, miro la hora y son las 20:12, tengo poco más de cuarenta minutos para alistarme. ¡Genial! la vida es color de rosas para mi.

Rapidamente me levanto de la cama para ir hacia el closete y elegir un vestido, despues de una rapida deliveracion, finalmente me decido por un vestido casual, acampanado hasta los muslos, de color negro, sin hombros, de manga larga, con una delicada tranparencia en la cintura. Compañados de unos tacones negros. A las apuradas, me maquillo con unas sombras negras, delineador y un poco de rimel. 

En el momento que estaba luchando con el rizador, suena el timbre, será que nadie usa el intercomunicador en este edificio. Termino de hacerme las ondas y voy hacia la puerta.

Al abrir, me encuentro con una vista deslumbrante, Caer parado impecablemente con las manos en los bolsillos, para mi sorpresa vestido un poco más casual; blazer de tartán gris, camisa de manga larga blanca, pantalón de vestir azul marino, pañuelo de bolsillo estampado en azul marino y blanco. 

Intento con toda la voluntad que poseo, no quedarme como boba mirándolo, descarto cualquier pensamiento impuro que pueda pasar por mi mente y le rezo a Diosito para poder pasar de este día. 

—Carter, por favor, pasa. Aún debo terminar de arreglarme —digo, dándome la vuelta con la intención de sacarlo de mi campo visual, me dirigí nuevamente hacia la habitación en busca del collar de perlas que tenía planeado usar. Lo sacó de la caja e intentó ponermelo, pero el bendito broche no tiene la misma idea, voy hacia el espejo con la intención de hacerlo mejor. Pero lo único que obtengo es el susto de mi vida, casi se me sale el corazón por la boca.

Detrás de mí se encontraba Carter, ¿en qué momento se posicionó ahí?, ni siquiera escuche que venia detrás de mí, su mirada fogosa a través del espejo, eriza cada bello de mi cuello. delicadamente toma el collar de mis manos, para luego abrochar fácilmente, y en el proceso rozar ligeramente la piel descubierta de mis hombros, un fuego corre por mis venas. 

¡Por Dios Santo! Me espera una larga noche.

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