—¡Basta! —Alessia apartó a Dylan, que aún discutía, y entró a la sala de reuniones, sentándose en una silla al azar.
—Si siguen discutiendo, ¡salgan! —Alessia lanzó una mirada fría a Dylan.
Luego miró a Marcus:—Dígame, ¿qué tan grave es este asunto? ¿Necesitan que cargue con la culpa?
Marcus se s