— ¿Para que quieres ir a Oxford? — pregunto con los ojos aún cerrados.
— Me da mucha vergüenza decir esto en voz alta — me giro boca arriba y la encuentro a mi lado con los ojos llenos de lágrimas.
— Dios, Amber, ¿Que pasó? — me siento a su lado rápidamente y ella no levanta la vista de su celular.
— Yo... Lo que pasa es que tiene un video mío y... me están extorsionando. Quiere que le pague cincuenta mil libras o dice que subirán el video a todas las redes — la abrazo y ella empieza a llorar silenciosamente.
— Vamos a solucionarlo, ¿si? — la tomo del rostro y ella asiente — ¿Puedo llamar a Leah y Amy?
— Leah ya lo sabe, de hecho debe de estar cerca, pero supongo que puedes avisarle a Amy.
— Ok, ahora vengo.
Ella asiente y yo voy al cuarto de Amy, no sin antes darle un beso en la coronilla a mi amiga.
No puedo creer que la estén extorsionando, Amber es muy cuidadosa con esas cosas. Pero la persona que la está extorsionando no se va a salir con la suya, si es posible yo misma lo llevo