David nunca se había imaginado que Sophia, quien era fina y considerada ante sí, podía llegar a ser tan maliciosa en secreto.
—David, ¡me oiga! ¡Le explico!
El golpe la hizo vertiginosa, pero lo aguantó levantándose del suelo e intentó justificarse.
—Es… es que usted me importa muchísimo, así que he quedado obsesionada; sentí la envidia hasta hacerme loca todas las veces que miraba a Vivian. Yo… yo no he hecho nada que quererle demasiado, David.
Dijo Sophia mientras trató de tirar de la esquina de ropa de David.
No obstante, el hombre le esquivó la mano con los ojos cargados de desconfianza e indignación.
—¿Me quieres? ¿Me quieres y has hecho esto? ¿Te importo mucho, por lo tanto tratas a Vivian y a Josef de esta manera? Yo te lo advierto: ¡si a Vivian le pasa algo, no te disculparé!
Dio mucho miedo a Lucas, quien exclamó llorando:
—Papá, ¡¿por qué golpeó a mamá por una loba baja?! Mamá lo hace todo por nosotros, ¿por qué castiga a mamá?
Lo que dijo Lucas aún le enfadó a David.
—¡Cálla