─ Es algo que escuché─respondió─. Mis abuelos solían decirlo.
─ ¿Creés que tu madre este muy molesta por lo que ocurrió?─volví a preguntar.
Y ¡Losé! Que preguntas más idiota.
─ Supongo, pero como te he dicho, ya no voy a permitir que nadie te falte el respetó.
Asentí.
Desde ese momento un gran silenció se hizo presente en el carro, ni evan ni yo decíamos ni una sola palabra y lo prefería así. Mi mente se encontraba tan trabada con tantos pensamientos.
El carro frenó unos minutos después en un gran restaurante.
─ Creó que llegamos.
─ Creó que estas en lo correcto.
Ambos soltamos una risa al mismo tiempo.
Bajamos del carro para poder adentramos al restaurante tomados de la mano, Y si.., como se le estaba haciendo cost