El nombre de Andrés apareció en la pantalla. Ximena, sintiéndose un poco cansada, respondió a la llamada:
—¿Señor Rodríguez, hay algo que necesite?
—Ximena —su voz, que denotaba cierto cansancio, se escuchó al otro lado—. ¿Dónde te encuentras en este momento?
Ximena respondió:
—Señor Rodríguez, vayamos al grano.
Andrés guardó silencio por un momento y luego dijo:
—No creo que Manuela sea mi hermana.
—¿Esto qué tiene que ver conmigo? —preguntó Ximena con calma.
—Estás en Valleluz, ¿verdad? —preguntó Andrés.
—Sí —confirmó Ximena.
Andrés continuó:
—Ximena, ¿estarías dispuesta a hacerte una prueba de ADN conmigo?
Ximena respondió:
—Señor Rodríguez, ¿acaso Los Rodríguez no han hecho una prueba de ADN con Manuela? Si ya lo hicieron, entonces eso debería ser suficiente. ¿Por qué tendría que involucrarme y convertirme en motivo de burla para los demás?
La voz de Andrés sonaba resignada mientras decía:
—No creo en esta situación. Si no quieres hacerlo, está bien. Puedo seguir investigando