Después de decirlo, Ximena observó detenidamente la expresión de Linda. Lamentablemente, Linda mantuvo su compostura y simplemente respondió:
—Entendido.
Ximena apartó la mirada y le dio un golpecito en el hombro a Linda, diciendo:
—Te agradezco tu ayuda. Tan pronto como la situación financiera de la empresa mejore, te aumentaré el salario.
Linda respondió:
—Gracias, directora Pérez.
Ximena regresó apresuradamente a Villa Rivera y sacó a Renata a dar un paseo en coche. También la llevó a comer algo delicioso y logró que Renata finalmente tomara su medicina.
Al ver que Renata estaba de mejor ánimo, Ximena le recordó:
—Renata, sé que te sientes atrapada en casa. Pero necesito trabajar para ganar dinero. Te prometo que los fines de semana saldremos a pasear y, si tengo tiempo por las noches, te llevaré a dar un paseo, ¿de acuerdo?
Renata miró a Ximena con tristeza y preguntó:
—Xime, ¿te molesté en el trabajo hoy?
Ximena respondió honestamente:
—Sí.
No se preocupaba por que Renata se