El miedo y la preocupación invadían la mente de Wilmer, impidiéndole conciliar el sueño. Abrió los ojos y miró el cielo a través del techo solar de su auto.
Se sentía inútil en el trabajo de Liliana, pero ¿cómo podría ayudar a mantenerla segura? Tras reflexionar, sacó su teléfono y le envió un mensaje a Nicolás por WhatsApp.
Wilmer: ¿Podrías decirme en qué hotel se hospeda Jacinta?
Nicolás respondió rápidamente con la dirección y el número de habitación.
Wilmer: Gracias, amigo.
Nicolás contestó con sarcasmo: Aún no hemos ajustado cuentas por lo de Liliana.
Wilmer: Haré lo que sea necesario. Asumo toda la responsabilidad por mi error.
No hubo respuesta. Wilmer arrancó el auto y se dirigió al hotel.
Media hora después, Wilmer llegó a la habitación de Jacinta. Después de dudar unos segundos, llamó a la puerta.
—Ya voy —respondió Jacinta desde dentro.
Al abrir, miró a Wilmer con sorpresa:
—¿Eres el joven del hospital?
Wilmer asintió:
—Jacinta, ¿podría robarle unos minutos para hablar?
—Cla