Ximena miró a Doña Alicia y le dijo sinceramente:
—Creo que pronto me reconocerá.
Doña Alicia se quedó sorprendida y preguntó:
—¿Señor Méndez?
Ximena asintió y le contó a Doña Alicia lo que había sucedido en la guardería ese día.
Doña Alicia suspiró y dijo:
—Xime, estas cosas son inevitables. Además, no creo que sea algo malo, incluso si él te reconoce.
Ximena se preocupaba y dijo:
—Temo que pueda detener mi venganza. Después de todo, Manuela es la madre biológica de sus hijos.
—No es necesariamente así— dijo Doña Alicia, llevando a Ximena a sentarse en una silla. —Te lo he dicho antes, el señor pasó por un período muy doloroso. Una vez que alguien desarrolla sentimientos por ti, estará dispuesto a apoyarte en lo que hagas. A pesar de las preocupaciones y dudas, estará más inclinado a estar de tu lado.
Ximena se sumió en silencio. A pesar de las palabras de Doña Alicia, todavía no podía superar lo que había sucedido en el pasado. Alejandro había dudado de que su hijo fuera su