Capítulo1188
Cuando Liliana terminó de apagar el incienso, lo tiró al suelo sin ninguna ceremonia. Luego se giró hacia Alejandro y le dijo:

—Papá, vámonos.

Alejandro miró la linterna en sus manos, pero antes de que pudiera decir algo, Liliana le dijo:

—Ya no sirve de nada.

Asintiendo, Alejandro se levantó y tomó la mano de Liliana para regresar al coche.

...

Una hora después, en Gourmet Royale.

Alejandro, con un gesto de preocupación paternal, indicó al chef que sirviera la sopa que había preparado especialmente para Liliana. Además, con igual esmero, había ordenado la elaboración de un arroz particularmente nutritivo destinado a Ximena.

Mientras observaba a las dos mujeres más importantes de su vida degustando los alimentos frente a él, bocado a bocado, la mente de Alejandro no cesaba de evocar las palabras pronunciadas por Rodrigo. Estas resonaban en su cabeza como un eco persistente e inquietante.

Reflexionaba sobre cómo, en los momentos en que más había necesitado el apoyo y la presencia de s
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