Para evitar decepcionar a Ximena, Leo añadió:
—Mamá, intentaré recuperar las grabaciones de vigilancia que fueron borradas.
—Mamá— agregó Nicolás. —Leo es capaz en esto, debemos darle tiempo.
Ximena forzó una sonrisa:
—No hay problema, mamá no tiene prisa.
Después de despedir a Ximena, Leo y Nicolás fueron a la sala de estar tras desayunar.
Luciana estaba leyendo un libro. Al verlos, rápidamente lo dejó y se puso de pie.
—Nicolás, Leo—sonrió amablemente Luciana. —Por favor cuiden de mí de ahora en adelante.
Nicolás frunció el ceño sin decir nada y se sentó junto a los bloques de construcción.
Leo lo miró con resignación y le dijo a Luciana:
—No seas tan formal, siéntete como en casa.
Luciana miró tímidamente a Nicolás y dijo:
—Él...
—Así es la personalidad de Nicolás— explicó Leo. —Ven a jugar con nosotros.
Temiendo molestar a Nicolás, Luciana sacudió las manos:
—No, está bien, prefiero leer.
Nicolás, armando los bloques, ladeó ligeramente la cabeza y dijo:
—Leo, si ella no qui