Manuela apretó los dedos bajo la mesa, su expresión tensa. Rápidamente explicó:
—Aunque estoy de baja por maternidad, todavía tengo acceso a las noticias internas de la empresa. No divulgué la información porque no quería añadir más preocupaciones a tu vida.
Alejandro golpeaba lentamente sus dedos sobre su rodilla, visiblemente frustrado.
—La próxima vez, no uses ninguna excusa para contactar a Ximena.
Manuela preguntó con tristeza:
—Alejo, ¿por qué la proteges tanto? ¿He hecho algo mal?
Manuela estaba llorando intensamente y su maquillaje se corría.
Alejandro desvió la conversación.
—Quédate en Los Rodríguez y cuida de tu embarazo.
Manuela, perdiendo el control de sus emociones, exclamó:
—¿No planeas que vuelva? Alejo, este es nuestro hijo.
Las persistentes preguntas de Manuela hicieron que Alejandro perdiera su paciencia.
—Si sigues así, cancelo el compromiso y criaré al niño yo solo.
Con estas palabras, Alejandro se levantó y salió de la habitación con pasos largos. Cerró la p