Estrella levantó la mirada con indiferencia y repitió:
—Señor Quiroz.
Juan resopló con enfado:
—Estrella, ¿estás usando esta táctica para hacerme enojar, para obligarme a ceder y disculparme?
Al escucharlo, una sombra de decepción cruzó los ojos de Estrella.
No tenía nada más que decir.
—Ya he finalizado mis tareas pendientes. Esta es mi carta de renuncia.
Sacó un papel y lo colocó frente a Juan.
El hombre bajó la mirada para verlo, su expresión empeorando. Tomó la solicitud, la arrugó y la arrojó al suelo.
—No lo acepto —declaró con voz grave, teñida de ira.
La expresión de Estrella no cambió mientras respondía con calma:
—Me iré igualmente, aunque no estés de acuerdo. Solo te estoy informando.
—¡Estrella! —Juan se levantó golpeando la mesa, con furia en su rostro y los ojos fijos en ella—. En realidad, ya querías terminar conmigo, ¿verdad? Porque ya encontraste a alguien más.
Al escuchar sus palabras, Estrella frunció el ceño y respondió molesta:
—¿Qué tonterías estás diciendo?
—Lo v