29.- Helado.
Rosaura:
Una cena. Sólo era una cena – me repetí a mí misma, mientras me maquillaba frente al espejo de mi habitación, ignorando los comentarios que mi hermana me había soltado esa tarde, cuando le dije que había quedado con mi marido para cenar.
Iba guapísima, con una camisa blanca y unos pantalones de vestir negros con topitos grises. Se supone que una no debe arreglarse tanto si no está interesada ¿no? Al menos quería dar buena impresión, o quizás quería demostrarle lo que se había perdido por marcharse.