15. Desacuerdo
— Hola, tío, buenos días. — La voz de Jess sonaba cálida, mientras le saludaba.
Justin levantó la vista de los papeles que tenía esparcidos en su escritorio, esbozando una sonrisa cansada.
— Buenos días, Jess. ¿Cómo amaneciste? — Sus ojos, a pesar del desgaste, reflejaban un genuino interés por su sobrina.
— Bien, tío, Justin, bien. ¿Y tú? — Jess se acercó, notando la ligera arruga en la frente de su tío, señal de que la carga del día ya pesaba sobre sus hombros.
— Bien, bien... un tanto ocupado. — Respondió mientras sus dedos jugaban nerviosamente con un bolígrafo, su atención dividida entre los documentos y la conversación con Jess. Su voz sonaba más suave, como si quisiera dejar de lado por un momento las preocupaciones del trabajo.
— Excelente y, ¿la abuela, cómo está? — preguntó Jess, esperando que la mención de su abuela pudiera aliviar un poco la tensión.
— Magnífica. Esa mujer sigue viva por mucho tiempo más. Primero nos morimos nosotros que ella. — Justin rió, pero en su ri