14. Tensión/ aniversario.
Dalia entró en la cocina en medio de la penumbra de la madrugada, su expresión aún somnolienta pero tranquila. Al ver a alguien ante ella, una suave sonrisa curvó sus labios.
— Mire cómo es la cosa; vengo yo por un vaso de agua y te encuentro aquí. — Comentó con una risa suave al descubrir a su hija, Nina, sentada en el alto taburete de la mesa de cedro, disfrutando de un helado de fresa. — ¿Desvelada o qué?
Nina, una joven morena de ojos brillantes y expresivos, levantó la vista hacia su madre con una pequeña sonrisa de complicidad.
— Pues, parece que no soy la única por lo que veo. —respondió, notando la misma falta de sueño en su madre.
— Sí… — Dalia caminó hacia la nevera, sacando un vaso de vidrio del estante. — ¿Y qué? ¿El helado de fresa es bueno para el insomnio o qué?
Nina se encogió de hombros, disfrutando otro bocado de helado antes de contestar.
— Un poco, sí. Al menos me distrae, mamá. — Su voz se tornó un poco más seria mientras miraba a su madre. — Te quería preguntar a