Regreso al rincón apartado donde esta ella después de haber dado mi charla, y me extraña lo callada que esta; es como si estuviese pensando en algo que no me quisiese decir. —¿Me dirás que es lo que pasa por esa preciosa cabeza?— Digo finalmente y me mira con una tímida sonrisa.
—Me conoces mucho.— Dice y ríe.
—Diría que lo suficiente ya como para saber que no me quieres decir algo. — Explico e inevitablemente me ubico detrás de ella para pegarme a su cuerpo y envolver su cintura con mis brazos —¿Es por lo que te dije de ir a conocer a mi familia? ¿no? — Pregunto y no sé si es que ella no sabe disimular, o es que ya he aprendido a conocer sus miedos.
—Me asusta que puedas saber lo que sucede en mi mente.— Comenta colocando sus manos sobre las mías haciendo que nuestros dedos se entrelacen.
—En cambio