Capítulo 26.1

Después de unos segundos, salió de ella con cuidado y cogió unos kleenex de su escritorio para limpiarla, al finalizar le dio un beso en cada nalga. Se vistieron y ahí estaba de nuevo esa carita de su mujer. La agarró por sorpresa y la sentó obligada en sus piernas.

—Te voy a contar quién es ella —la veía con deseo aún; verle el cabe

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