Me encuentro revisando un proyecto que le presentaré mañana a Vladimir, pero no logró concentrarme porque alguien está dedicado a besar mi cuello mientras intenta despojarme de mi blusa.
—Te ves muy sexy concentrada
Reí fuerte —Ya déjame trabajar, Fer.
—Mi amor en el último mes no has tenido tiempo para mí. Todo es el trabajo y los niños.
—No seas celosito —Me senté en sus piernas y uní mis labios a los suyos en un beso efusivo el cual él me correspondió. —Sabes que tengo muchísimo trabajo
Me percate de que resbalan lágrimas de sus ojos y lleve mis manos a sus mejillas.
—No llores Fer.
Estoy haciendo un gran esfuerzo para no reírme de él. El fin de semana ocurrió lo mismo cuando estábamos en el cine con nuestros hijos y al ver una película el término llorando, Aarón lo consoló diciendo que solamente era un dibujito y no era real.
—Mierda —El limpia sus lágrimas con sus manos—Definitivamente me hizo daño la cebolla de la ensalada
—Seguramente —Deje un beso en sus labios —Sabes que te