Borja se marchó a la mañana siguiente, antes incluso de que nos hubiésemos despertado, y nadie se enteró de cómo había llegado, pues les dije a todos que un amigo me había acercado, ya que no quería que mis amigos se sintiesen culpables por no haber invitado a Borja al cumpleaños, siendo además la propia casa de este.
Le escribí un mensaje dos horas después, mientras que Alfonso y Marta preparaban la disca de reproducción de la fiesta de esa tarde-noche.
Yo:
“Espero que hayas llegado bien. Al menos debiste haberme dicho que te ibas”
Borja:
“Llegué bien. Te avisé anoche”
Yo:
“¿Qué vas a hacer hoy?”
Borja:
“Saldré a ligar y me tiraré a algu