35- Bebé a la vista.
El rostro de David palideció y sus manos temblaron un poco al ver que mis dolores de parto iban en aumento.
¿Quieres que llame una ambulancia o vamos en mi auto?-Replicó nervioso–.Aunque lo mejor es que nos lleve el chófer.
Yo apreté los dientes y me retorcí de dolor,cerré los ojos y respiré profundo antes de responder–.¡Tranquilo mi amor!,se supone que la que va a parir soy yo y tú debes darme valor.
David se sintió un poco apenado por mi comentario.Se llevó las manos a la cabeza acomodando su cabello algo desordenado.
Cada vez eran más intensos las contracciones.Me tomé un momento para respirar profundo y calmar mis nervios, sabiendo que el momento que tanto habíamos esperado había llegado, yo estaba emocionada y asustada al mismo tiempo, pero tenía tanta confianza en que todo saldría bien.
-¿Mi amor te duele mucho?
David estaba muy nervioso,daba vueltas por todos lados.traté de no asustarlo más.
Finalmente, le dije —Creo que ya viene el bebé—mi voz era temblorosa pero llena