-¡Eres un maldito infeliz!-le insultó Ximena mientras sollozaba.

Ethan no dijo nada, sólo esquivó los golpes que ella daba con insistencia a su pecho.

—¡Eres un canalla!,jamás pensé que me harías esto.

—¡Ya basta Ximena!,yo no te amo,nada más fingí por todo el dinero que tu me dabas.

Hasta ese momento yo había permanecido callada,en ese café todos nos miraban con gran curiosidad.

—Será mejor que los deje a solas,te veo luego Ethan.

-¿A dónde vas?-.Ella me sujetó fuerte del brazo-.te odio Amira,¿por qué siempre tienes que antojarte de lo que yo quiero?

-No te hagas la santa paloma,al fin te tengo donde te quiero.

Ella retrocedió y pasó las manos por sus cabellos despeinados antes de decir.

—¡Eres una desgraciada!,¿acaso piensas que me voy a quedar tranquila,tú me las pagas sino de llamarme Ximena.

—No te atrevas a meterte conmigo o los mio,ya no soy la mujer de antes.

Ximena me tomó por los hombros y me sacudió con fuerza,yo luche hasta soltarme y darle una gran cachetada.

-¡Estupida,n