El día de la cita mensual llegó, y Aria estaba ansiosa porque le dijeran el sexo de los bebés. Su madre la acompañó al consultorio, y mientras esperaban, Aria no podía dejar de pensar en lo que estaba a punto de descubrir. Cuando finalmente entraron, el médico realizó las ecografías y, tras unos momentos de espera que parecieron eternos, sonrió y les dio la noticia.
—¡Felicidades! Tendrás una niña y dos niños.
La alegría inundó el corazón de Aria. Una sonrisa radiante se dibujó en su rostro mientras miraba a su madre, que también estaba emocionada. La idea de tener una niña y dos niños era tan inesperado y bonito, y Aria ya comenzaba a imaginar cómo serían sus pequeños.
—¿Qué nombres les pondremos? —inquirió a Jasmine.
—Lo pensaremos muy bien, hija mía.
Después de la cita, madre e hija regresaron a casa, donde decidieron preparar una deliciosa cena para celebrar la buena noticia. Aria se movía por la cocina más energías mientras su madre la miraba.
Cuando Alessandro llegó a casa, d