En ese momento, ella se sentía incómoda por todas partes e incluso le dolía la cabeza. Sharon estaba acostada en el suelo débilmente mientras su conciencia se estaba volviendo un poco confusa. Ella podía escuchar el sonido de la puerta de metal cerrada abriéndose mientras estaba en trance...
Ella pensó que era la sirvienta habitual, pero pudo escuchar el sonido de tacones altos acercándose después de unos momentos. Sharon apenas podía abrir los ojos, pero la persona que apareció frente a ella no era la sirvienta. Era... ¡Tammy!
La última vez que Tammy había aparecido había sido hacía un mes, cuando había impedido su escape y la había capturado. El que apareciera repentinamente debía significar que por fin iba a matarla, ¿verdad?
Tammy vio la tez pálida de Sharon que la hacía verse como si estuviera a punto de perder el conocimiento en cualquier momento y se burló: “¿Qué te pasa? ¿No soportas los días de estar encerrada aquí? No puedes morir tan pronto. Al menos espera hasta que Hen