Narrado por Fátima Hneidi:

Todo se fue a la mierda. Aunque la expresión suene tosca. Inapropiada. Horrible y con poca afinidad con la mujer que me esfuerzo por ser...

Pero hay momentos como este, en que no sé bien, quien soy.

No puedo respirar.

El aire se me hace espeso, como si estuviera hecha de cenizas y cada bocanada me recordara que estoy rota. Estoy sentada en el borde de la cama, con las manos temblorosas sobre las rodillas, mirando el suelo como si allí pudiera encontrar una respuesta al huracan de emociones que estoy experimentando en este momento. Pero no hay respuestas. Solo hay silencio. Y el eco de una mentira que me desgarra desde adentro.

Hace cuatro días. Solo han sido cuatro días. No ha sido demasiado como para haberme olvidado.

Cuatro días desde que le di a Mariano Hans algo que no se recupera. Algo que no se devuelve. Algo que, para mí, significaba entrega, confianza, amor. Lo hice con el corazón abierto, con la piel temblando de deseo y de miedo, con la certeza