Narrado por Fatima Hneidi:
Me gustaría decir que hoy he amanecido mejor. Que he dejado los sentimientos de hace dos días atrás. Que he podido analizar y llegar a la conclusión de que seguir sufriendo por algo que definitivamente no tiene remedio, es inmaduro y poco coherente.
Pero no es así.
Estoy deshecha. Intento ocultarlo, me esfuerzo en hacerlo. Porque ya carece de sentido y se tornaría como una broma de mal gusto, admitir en voz alta lo que me sucede. La verdadera razón por la que estoy hecha trizas.
Zayd me besa la frente antes de salir. Su gesto es suave, casi rutinario, como si este fuera un día más. Para él, lo es. Para mí, no. Me quedo en la puerta, observando cómo se aleja por el pasillo, con esa calma que a veces me desespera. No sabe que estoy rota. No sabe que esta mañana me he despertado con el cuerpo temblando, con los hombros rígidos y el estómago en guerra. No sabe que he llorado en silencio mientras él dormía. Que llevo dos días seguidos teniendo esta agotadora