Adamo
Fueron los dos días más extraños y agotadores que he tenido nunca. Aún no estoy muy seguro de que mierda paso por mi cabeza. Solo sé que di rienda suelta a mis instintos y que solo me quedo la sensación de haber sido usado. Lo que no pasaba con los machos y hembras que me habían seguido. Hasta Demetrio parecía feliz, solo Mario aunque sabía que había marcado a su humana y que apestaba a sexo, parecía haberse vuelto más calculador y paranoico que antes.
-no entiendo porque la tienes encerrada-decía una vez más Demetrio a un Mario que lo estaba ignorando- recuerda que no debes apegarte, fácil vino y fácil se va.
-déjalo en paz-solté de golpe-hay algo que no me cuadra, nos dio parejas y la mayoría por el aroma que tienen están preñadas, pero pasaran años antes de que sean guerreros. Lo que nos deja aún, que no tenemos armas o tierras donde poder empezar a edificar y asentarnos. Este lugar es demasiado conveniente para mi gusto.
-¿qué deseas hacer?-pregunto Mario-ya has oído a la br