269. Tu presencia firme
Zacarías Ydis
De a poco las cosas empezaron a calmarse en el castillo. La gran familia de osos parecía estar en mejores condiciones que muchos que nosotros. Tanto el castillo, como las casas de quienes vivían cerca, ya no apestaban a podrido. Los pequeños y los humanos que estaban en peores condiciones, ya se estaban recuperando. Mis cuatro hijos estaban en nuestra suite, sanos y cada vez más fuertes.
-amor ¿acompañaras a Savio a la manada Tierras Altas?-preguntaba mi bella loba.
-no pequeña, no los dejare y tú necesitas ayuda con este grupo de bebes ruidosos-respondí abrazando a mi pareja y dándole un beso en su cuello.
-mmmmm, ni se te ocurra Zacarías, ya tenemos cuatro y uno muy joven-dijo mi pequeña loba, la maternidad le sentaba estupendo y su aroma me volvía loco.
-pequeña-dije mordisqueando su cuello-te deseo, los bebes están durmiendo amor.
-no Zacarías, no aún, siento que estoy fértil estos días y no lo harás con protección ¿cierto?-pregunto la traviesa.
-no habrá barreras en