Mario

Dormí como no lo había hecho en meses, a pesar de que estaba en esta celda, me sentía seguro y mi lobo agradeció el cambio de ambiente. No me habían venido a lastimar o a dejar alimentos, creo que solo unos guardias pasaron a chequear que aún respiraba.

-no me importa tu opinion, ella lo necesita o su cachorro no sobrevivirá-decía una voz profunda y con autoridad.

-y a mi no me importa tus palabras, es un traidor y no merece nada-esa era la voz de la gama.

-él no fue Carmen y sabes bien que tu compañero era un idiota imprudente. Deja de castigarte por un macho que te falto el respeto cada vez que pudo-decía la voz y escuche como la cerradura crujía.

Me puse de pie y espere a ver quien entraba, por alguna extraña razón no tenía mi olfato y mi lobo estaba atento, a pesar de que esposados como estábamos no podríamos hacer mucho. Cuando una de las extrañas brujas entró la mire con desconfianza, ella solo me miro.

-no me gustas del todo lobo, hay algo en ti que no logro ver y no me g