POV Antonella
Por los clavos de Cristo y la chancla de María. Que Dios no me de fuerza porque juro que lo mato.
¿Cómo es que este ridículo tiene la osadía de criticar MI comida? Ojala que le de diarrea por una semana entera.
Espera…
¡¿Por qué estoy cocinándole otra cosa que sea de su agrado por tercera vez?
Uish… ¿Por qué eres así Antonella? Así mismo eras en el trabajo, todo lo que los demás te mandaban hacer tú lo hacías. ¡Deja de ser pendeja, quieres!
Prepare una pasta a la Strogonoff. Lo bueno de toda está tortura que Sherk trata de darme, es que de todo lo que estoy haciendo estoy comiendo y como me encanta cocinar, lo estoy disfrutando en demasía.
Término de emplatar su pasta y en el momento en que voy a colocar el café, se me ocurre una pequeña travesura.
Escupo el café una generosa cantidad de mi saliva. Remuevo muy bien como si de azúcar se tratara y con mi sonrisa victoriosa me voy al lugar donde se encuentra mi “esposo” quisquilloso.
—Aquí tienes su plato, cariño — digo c