—¡Felicidades! —Sus hermanas, tía y prima la abrazaron con fervor. Lisa también se unió al abrazo.
—Gracias. —Claudia respondió perdiendo el aire—. Pero ¿podrían dejarme respirar? —se quejó con dificultad.
Las chicas la soltaron y Clara dejó salir una lágrima que limpió con dramatismo.
—¡Hora de irnos, amor! —Matt anunció extendiendo su mano.
—¿Nos la prestas por cinco minutos más? —Jimena la jaló del brazo y miró a las demás con complicidad.
—¿Qué quieren? —Claudia indagó con recelo.
—Sabemos que tú y Matt decidieron quedarse en el apartamento antes del viaje, pero... —Laura dudó antes de continuar y Cecilia se desesperó.
—Te hicimos una res