Había una hermosa mujer frente a la puerta, se notaba que estaba furiosa.
- Señor Wilson - Dijo Sofía y atrás de ella estaba Santiago con una expresión de disculpa.
- No pasa nada Santiago yo me encargo - Santiago solo asintió y se fue - Puede cerrar la puerta Señora Miller - Sofía azotó la puerta no tengo ni idea de porque está furiosa - Tome asiento - Ella se sentó, si las miradas mataran yo ya hubiera muerto hace mucho a manos de Sofía - ¿Desea algo de tomar?
- No quiero nada - Contestó.
- Ok, ¿hay algo en que la pueda ayudar? - Mi tono era frío y un poco indiferente como si fuera la primera vez que la veía, tenía que alejarla de mí ya que así estaría segura.
- Pensé que éramos amigos - Murmuró.
- ¿Perdón? - No entendí nada, su furia había disminuido y ahora se veía triste.
- Te dije que me llamaras Sofía - Dijo con voz melancólica - ¿Dónde quedó tu promesa? - Me miró y yo me estremecí - Dijiste que me protegerías - Mi corazón se partió - Dime ¿Fueron palabras vacías?.
- ¡Claro que