- Esa es mi historia – Su voz sonaba un poco triste, pero eso no me importo. No solo mato a mi padre, abuelo y bisabuelo, sino que también a la mujer que amaba. Él estaba completamente loco. Sentí su mirada sobre mi así que también lo miré y él me sonrió – Tu yo somos iguales – Sus palabras hicieron que me enojara.
- Yo no soy igual que tu – Yo no podría matar a Sofia y abandonar a mi hijo.
- Claro que si – Siguió sonriendo – Tu quieres matarme por haber asesinado a tu familia – Tenia razón en eso.
- En eso tienes razón – Lo admití – Pero yo no pienso matar inocentes.
- Rodrigo no era una buena persona, me quito a mi hijo y lo nombro Connor. Sabes, Rosa paso meses pensando su nombre para que de un día para otro este fuera cambiado – Estaba enojado.
- Tal vez Rodrigo y Tomas no fueran inocentes pero mi padre no sabía nada – Gruñí.
- Alfred no sabía nada, pero él tenía la vida que yo siempre quise
- ¿Por eso lo tuviste que matar?
- Así es. En esta vida el que tiene poder puede hacer lo